Un lunes más

De nuevo amanece nublado y apenas se puede observar la orilla de enfrente, pero no hace frio, ni tan siquierea una ligera sensación de relativa frescura matinal, en realidad hace ya calor. Un calor plomizo, humedo, envolvente, que produce ganas de volver a tenderse sobre el colchón y abandonarse de nuevo en brazos de Morfeo. Con suma pereza el cuerpo va despertando, mientras el chorro de agua templada acuna el cansado cuerpo. Para desayunar un par de pastillas que adormezcan de nuevo la boca, y poder transitar así por el día sin demasiado dolor.