Jazz again

Eso de pegar botes a lo Upa Dance, versión “hazlo lo peor que puedas” no está mal, entre lo que se suda y lo que uno se rie, casi merece la pena lo que se paga. Por que eso es lo que significa jazz, coreografías y coreografías. Claro que en los grupos de iniciación con mujeres que van desde los veinte hasta los cincuenta, al ballet de Victor Ullate no vamos a llegar, pero a lo mejor al final del curso damos el pego en la pista de baile, que no es poco. Yo con lo empotrarme con las paredes al hacer los giros, casi me conformo oigan.

Dato del profesor para hacer los giros: lo último que sale es la cabeza y también es lo primero que llega. Einnnn?? Mande?? Me lo explique oiga, por que ya sé que ahí tenemos el externocleidomastoideo, que es flexibilísimo, pero hasta ahora quitarme la cabeza del cuerpo y luego volvérmela a poner no puedo. Pues se puede, se puede, yo no, es evidente, pero el andoba bailarín lo hace, vaya si lo hace, que parece que se va a desconyuntar. Mira majo, yo es que no tengo aspiraciones artísticas, que vengo aquí a sudar la rabadilla por que tengo un trabajo sedentario y no quiero que mi culo compita con el de las focas monje en época de apareamiento. Que no pretendo convertirme en bailarina profesional, que yo soy feliz si me sigue sirviendo la ropa del año anterior.

Y como nos dijo que teníamos que coger fondo, nos puso a hacer abdominales. ¿Hay algo más abominable que las abdominales? Si... el rollito de abrir las piernas hasta que crees que te vas a desmembrar. Claro que este ejercicio lo hicimos de forma innovadora: culo a la pared, piernas arriba, abrir las piernas e irán cayendo por su propio peso! Que dolor, todavía ando como si me faltara el caballo!

Pero tú tranquilo darlingcito que dice el profe que con este ejercicio se coge mucha flexibilidad!