lunes, noviembre 15, 2004

Un regalo en un día cualquiera...

Un regalo puede implicar muchas cosas. Generalmente es un motivo de alegría, por que alguien se ha acordado de nosotros. Sólo en contadas ocasiones un regalo puede tener connotaciones negativas, pero este no es el caso.

A veces deseamos cosas, que no nos son necesarias para vivir, pero que nos gustaría poseer. Muchas veces no nos compramos esos objetos por que internamente reconocemos que es un gasto que no podemos permitirnos por mucho que nos apetezca.

Entonces alguien que te quiere, decide que no le importa gastarse el dinero para hacerte feliz con un capricho. Y cuando lo hace en una fecha cualquiera, sin ser tú cumpleaños, ni ninguna fecha especialmente reseñable, adquiere cualquier regalo un enorme valor.

Este fin de semana era una fecha cualquiera, un sábado más, un día para compartir y disfrutar, pero sin ningún evento que celebrar, tan sólo el hecho de estar juntos y disfrutar de la mutua compañía. Y él llegó con una caja enorme, un regalo por que si...

Es en esos momentos cuando te sientes mimada y querida de una manera inmensa, no ya por el dinero que se ha gastado en tú sorpresa, sino por el hecho de que lo hace por que quiere y le apetece. Por que esa persona piensa en ti, y pudiendo haberse gastado el dinero en él ha preferido comprarte un capricho, para decirte muchas cosas sin decir apenas nada, y por ver en tú rostro una enorme sonrisa complacida. Por que voy a reconocer que como a casi todo los seres humanos, me gusta sentirme querida, mimada y consentida.

Gracias cariño, y aunque tú compañía sea lo más me gusta por encima de cualquier cosa material, todas tus sorpresas me encantan, y me hacen llegar el mensaje de tú corazón. Te Quiero.