miércoles, septiembre 29, 2004

Dividir no siempre es vencer...

Era una vez un hombre rico con una inmensa propiedad. Necesitaba dos días a caballo para poder recorrerla. Aquel hombre tenía 17 trabajadores que cuidaban de sus tierras y un capataz. Cada uno de ellos se encargaba de un pedazo de la propiedad. El capataz vigilaba que todo estuviera bien organizado y trabajado. Los empleados no estaban contentos con el capataz y como este se elegía cada cuatro años decidieron cambiarlo por uno que les prometía todo lo que ellos querían oir. Ganó el nuevo capataz y el empleado que más le había apoyado, le exigió que le fuera devolviendo los favores.

Ansiaba el empleado que el pedazo de tierra que trabajaba fuese suyo, por que al trabajarlo, él consideraba que se lo merecía y no el dueño que no agachaba el lomo en sus tierras. El nuevo capataz intentaba salir airoso del trance, pero era obvio que el empleado no se iba a conformar con sus buenas palabras, con las cuales él era tan hábil.

Por fin, tras mucho negociar e intentar dar gato por liebre al empleado, el capataz le dio la parcela de tierra. Viendo esto, cada empleado pidió exactamente lo mismo, y el capataz se vió impotente para negarles lo que al otro había dado. De esta manera la gran propiedad pasó a ser un pequeño cúmulo de parcelas que ya no hacían sombra a ninguna propiedad de los alrededores. Habían desmembrado una próspera y rica propiedad para convertirla en 17 pequeñas porciones sin poder competitivo. A su vez estos 14 empleados tenían a su cargo 3, ó, 4, ó, 5 subalternos que empezaron a reivindicar sus derechos sobre la tierra que trabajaban...

Todas las cosas cuya unidad representan un algo, si se desmembran y se parten en porciones se pierden en todos los sentidos... si hay un Archivo Nacional de la Guerra Civil española y cada autonomía se lleva sus papeles, se perderá el sentido que ahora se le da a la memoría historica de la guerra, por que en cada autonomía sólo se podrá tener una visión limitada y especifica en lugar de la visión y la memoría historica global que ahora se tiene gracias dicho archivo sito en Salamanca.

Si cada uno pedimos los archivos que nos atañen, se perderá un valioso documento histórico que ahora se mantiene perfectamente unido y al alcance de todos. Si quieren sus papeles que los escaneen o hagan copias, pero creo firmemente que no deberían enviarse a cada esquina del país los papeles originales guardados en el Archivo, o se perderán irremediablemente.