miércoles, diciembre 29, 2004

Vete y no vuelvas

Este año tengo ganas de que llegue el día, estoy ansiosa más bien. Quiero que llegue ese último día, y despedirle como se merece, con una patada en el culo. No es que haya sido especialmente malo conmigo, pero tampoco bueno, y además se ha portado fatal con gente a la que aprecio, y con muchos desconocidos.

Voy a levantar mi copa y brindaré por que te vas, y no regresarás jamás. No malgastaré ni medio minuto de duelo en tu despedida, por el contrario me entregaré gozosa a festejar la llegada del nuevo. Así pues voy a procurar pasar lo mejor posible estos últimos días, pero te estás comportando tan mal como empezaste separándome demasiados días de alguien muy importante en mi vida.

Así pues, que te den, que te den por ahí 2004, termina de una vez tú agonía y dejanos en paz. Vete y no vuelvas, y no te olvides de llevarte todo lo malo que trajiste. Has sido un año nefasto, lleno de dolor y lágrimas, que nos has traído el miedo del terrorismo islámico, la violencia doméstica que no cesa, nos has dejado varias veces aislados por temporales de nieve, docenas de inmigrantes muertos tratando de llegar a nuestras costas, mafias instaladas en este país, y un sinfín de cosas más que por ser política, y no querer hoy darte el gusto, no voy a comentar. Y como colofón en estos últimos días una desgracia de proporciones bíblicas en el Lejano Oriente.

Adios 2004, para mí prácticamente estás muerto y voy a disfrutar de tus días de agonía, mientras me preparo para recibir al 2005 con mi mejor sonrisa, por que probablemente sea una tontería pero tengo hace tiempo el presentimiento que este año que va a comenzar va a ser un gran año. Y ciertamente peor que tú es difícil que sea.