viernes, febrero 18, 2005

Sorteando obstaculos

Yo estoy peleada con el mundo, va a ser eso, por que últimamente estoy de un protestón que no dejo títere con cabeza. Aunque más bien diría peleada con los ingenieros que planifican las ciudades, y lo peor de todo son las aceras. Si, las aceras. Están llenas de trampas mortales para las mujeres. Además aquí tenemos un diseño de baldosa único según las autoridades incompetentes. Unico y fastidioso, y latoso y misógino añadiría yo.

Las baldosas de mi ciudad tienen unas filigranas monísimas para verlas en una exposición de baldosas, pero tener que andar por estas calles con tacones sobre ellas es un ejercicio de prestidigitación digno del Cirque Du Soleil. Tienen un dibujo sencillo, y yo pienso que son hasta feas, pero tal vez sea por que llevo toda mi vida viéndolas y varios años sufriéndolas, y no las aprecio en su justa medida. Bueno, para ser sincera, no las aprecio nada de nada.

Me paso el día haciendo verdaderos equilibrios para no encajar el tacón en las ranuritas del dibujo de las baldosas, y a veces parece que esté emulando a los bailarines de break neoyorquinos, ó que esté intentando inventarme el nuevo baile del verano. Y eso siendo magnánima conmigo misma, por que parece simplemente que no se andar ó que tengo algún tipo de tara que me hace cojitranca, ó que tengo una increíble urgencia por llegar al primer baño que encuentre.

Si a las baldosas asesinas le añadimos que hay rejillas de ventilación de metro, desagües, ventilaciones subterráneas y demás zarandadas, cada metro y medio, nos encontramos con que las aceras se convierten en un campo de minas para las mujeres. Además de evitar andar como si tuviera una pierna 10 cms más corta que la otra, tengo que andar pegando saltitos de rana beoda para evitar encajar los tacones en los diferentes modelos de rejillas que pueblan las aceras.

Y direis: vete sin tacones. Pues vale, pues vais a tener razón. Pero no se si sois conscientes que las mujeres no van con pisamierdas a trabajar, a menos que sean repartidoras de la coca cola. Que en cuanto trabajas en una oficina, y no puedes ir con los pelos naranjas y cinco piercings colgando de la nariz, se impone el taconcito para ir informal pero arreglá. Y además que me estiliza las piernas, y me hace parecer más alta y delgada, y eso ya por si sólo es una razón de peso en el mundo mundial.

Así que reivindico desde aquí las baldosas sosas y sin dibujos, y por favor a ver si pueden hacer las rejillas de otra forma en lugar de convertirlas en trampas mortales, que un día caigo en una de esas trampas y me rompo la dentadura, y no es plan, que la tengo original de serie.