Café

La costumbre de leer hasta las etiquetas de los champus del Dia me da a veces algunas agradables y curiosas sorpresas. Hoy tomando un café antes de entrar a trabajar por la tarde, pues tengo hoy una curiosa somnolencia y desidia, he leido lo siguiente en el sobre del azúcar:

"Cuando el Café se introdujo en Europa, sus detractores hicieron correr el rumor de que la bebida era una trampa que Satanás tendía para corromper las almas. llegada la denuncia al Papa Clemente VIII, el pontífice ordenó que le sirviesen una taza.

La bebida de Satanás -exclamó el Papa- es tan deliciosa que sería una pena dejar para los infieles el delito de tomarla. Sacaremos de ella al diablo mediante el bautismo y la convertiremos en una bebida cristiana."

¿No es curioso lo que nos puede aportar algo tan nimio como un sobre de azúcar en una cafetería cualquiera de una ciudad?