martes, diciembre 12, 2006

Mis adorables vecinos

Los pisos cada día son más caros, lo cual deberían incidir en un buen aislamiento tanto climatológico como acústico. Pero va a ser que no, o al menos no en cuanto al tema acústico. Bien por que las paredes son como el papel de fumar, bien por los conductos de ventilación de los baños, quien más, quien menos, todos accedemos al maravilloso mundo privado de nuestros vecinos. Les oimos ir al baño, ducharse, llorar a los niños, ladrar al perro. Aunque somos cada día más individualistas podemos disfrutar menos de esa individualidad gracias a los constructores que ahorran en materiales de nuestras carísimas y pequeñas viviendas, para hacerse ellos unos chaletazos impresionantes bien aislados del mundanal ruido.

Pero no todo van a ser molestias, no, a veces el tema tiene su miga. Y es que mis vecinos de arriba son un matrimonio que da mucho juego. Una pareja joven con dos niños pequeños, menores ambos de 5 años. Hace unos meses ella me deleitaba de madrugada con una bronca monumental, llorando y gritando diciendo que se iba a tirar por el balcón, y yo como buena vecina acabé animándola en voz alta. Ella insistia en que se quería morir, y que no podía más, y yo estaba de acuerdo con ella, yo tampoco podía más. Ayer por la noche era él quien amenazaba con montar un pollo de tamaño Burguer King XXL. Gritaba pasadas las doce de la noche, como les gusta a estos dos discutir a pleno grito más tarde de esa hora, que cogía la puerta se iba y la dejaba con los niños, que no le tocase más los huevos. Y yo les comentaba en voz alta que otros se quejan de que su señora no se los toque y el que parece que los tiene retocados va y se queja... que tío.

Me estoy planteando subir la próxima vez que discutan a esa hora y darles la dirección de algún abogado divorcista, o subir directamente con cara de mala leche y el cuchillo jamonero... o decirles si puedo pasar y ponerme a comer pipas mientras veo la escena, ya que ahora la oigo en estereo pero me pierdo la imagen, y tiene que estar más interesante que Bea la Fea. Lo que no me quiero ni imaginar, si yo les oigo, es lo que pasará por la cabeza de esos pobres niños al ver a sus padres discutir perdiéndose el respeto y gritando como energúmenos.

3 Comments:

Blogger Bosco said...

Si subes a ver la escena, no olvides las palomitas.
Alguien que habla de tamaños XXL del burguer promete mucho...Un gran cómico.
En fin, que a todos nos pasa un poco lo mismo. La casa pequeña, ruidos por doquier.
Pero aún así hay una sonrisa para el sarcasmo y la risa que es, al final, la salsa de la vida.

11:43 p. m.  
Blogger Mara Jade said...

Yo tengo acceso a la discografía camelera y regueatoniana de mi vecina. A que es chuli?

9:20 a. m.  
Blogger Mak said...

palomitas y coca cola... lo malo es que te ries días después, por que en ese momento de madrugada, sólo quieres dormir por la gloria de tú madre :P

Mara te quejarás! vecina maja tienes tía! :p

10:52 a. m.  

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