miércoles, enero 12, 2005

Telófonos móviles para la infancia

He oido en las noticias que una empresa británica había creado móviles para niños entre cuatro y nueve años. Dichos móviles han sido retirados del mercado por que un estudio dice que hay probabilidades de que las ondas producidas por estos aparatos dañen el desarrollo cerebral del menor.

Y esto es absolutamente cierto, ya no estoy hablando del tema científico, si no del social. Estamos creando una generación de imbéciles potenciales. Para que no protesten y no molesten se les dan todos los caprichos. Antes de la adolescencia se les pone móvil, "para tenerlos localizados", y se pasan el día con la gameboy ó la Play Station. Son una generación que ya no sabe escribir más que con el código sms, y tienen un vocabulario limitado a un par de cientos de palabras que usan como comodín para absolutamente todo. He de reconocer que me pone histérica ver "que" sustituido por "k" continuamente.

No hemos sabido crear una política educativa adecuada, y vamos a pagar las consecuencias de tener la mayor generación de tarugos por metro cuadrado de la Unión Europea. Y lo peor de todo es que están orgullosos de su estulticia, y no tienen ningún ansia de aprender. Esta generación por no leer, ya no lee ni comics, que además de mucho dibujo tenían su enjundia.

Ahora ven televisión, y que televisión, dibujos animados violentos hasta el paroxismo, y programas del cuore donde se tiran de los pelos unos personajes que se creen famosos por haber echado un polvo con otro medio famosete, que a su vez tuvo un rollo con uno famoso, ó por lo menos conocido, aunque no se sepa muy bien ni su oficio ni su beneficio. Y la conclusión que sacan las criaturas es que con un polvete bien rentabilizado tiene uno para sacarse unos cuartos más que jugosos, así que ¿para que van a estudiar? con saber sumar y restar, y tener un móvil para las llamadas de los programas del chascarrillo, ya tienen hecha la carrera hoy en día.

Yo como ya soy mayor y estoy a salvo de la Logse, me estoy terminando de leer el último premio Planeta, "un milagro en equilibrio" de Lucia Echebarría, y ya tengo preparado el siguiente, "La Sombra del Viento" de Zafón. No quiero que la estupidez congenita que está atacando a nuestra juventud adolescente se me pegue, que aún me sale algo de acné juvenil y a ver si el lenguaje sms va a ser contagioso oigan!