lunes, febrero 21, 2005

Congelá

Las ocho de la mañana, miro tras el cristal mientras me despierto, pensando que otro día más el despertador ha sonado demasiado pronto. El día está gris, que novedad. ¿De qué color será el cielo? ya ni lo recuerdo. Está siendo un invierno de verdad, de los que recuerdan los abuelos. Estamos inmersos en la tercera ola de frío polar que vamos a sufrir este invierno en España. Hace muchos años que no teníamos tres meses de frío intenso. Las compañías de electricidad y gas estarán frotándose las manos, pero no por el frío, más bien será por que las tendrán entumecidas de contar los euros de beneficio, como si fueran aprendices del Tío Gilito.

Dejar el calor del hogar se hace duro con 1 grado de temperatura en el exterior, pero lo peor no es el frío, es la humedad y el viento. Salgo de casa con complejo de cebolla, que parezco casi el muñeco de Michelín gracias al plumífero. A pesar de ir abrigada como si estuviese en los fiordos noruegos, tengo la nariz roja cual bebedor habitual de tintorro de tetrabrick.

Y al llegar al refugio donde desempeño mi trabajo, esencial para la humanidad (sic), me encuentro con que los pingüinos disfrutarían muchísimo paseándose por aquí. Casi hace menos temperatura que en la calle, pero a pesar de haberlo intentando con muchas ganas, no he podido teclear con los guantes puestos. Y es que hay gente en esta bendita oficina que se empeña en poner el climatizador a refrescar en pleno invierno, ya que la capa de grasa de elefantes marinos que les adorna les aisla del frío cual forro polar térmico.

Así que hoy me siento:

Personas a las que odio: prácticamente el mundo entero.
Personas de mi oficina a las que odio: todas.
Personas de mi oficina a las que mandaría al Polo Sur: los elefantes marinos sobredimensionados que cambian el climatizador constantemente.
Actitud de lunes: pésima.
Actitud resto de semana: no quiero pensar que me queda todavía toda la semana por delante.
Temperatura ambiente: gélida.
Temperatura corporal: me estoy congelando por capítulos.